lunes, 10 de septiembre de 2007

RALPH LAUREN, 40 aniversario. ¿Si o no?

Épocas de aniversarios, el 60 de la maison Dior, el décimo de Galliano al frente de la firma, el 45 (despedida incluída) de Valentino, el décimo de la muerte de Gianni Versace y dentro de muy poco el décimo también de la llegada de Marc Jacobs a Louis Vuitton. A la pasarela neoyorquina le toca el turno celebrando el 40 aniversario de la firma Ralph Lauren. Sin embargo sorprende ver como el desfile ofrecido por Mr Lauren aboga por la busqueda de otros estilos y abandona extrañamente esa comodidad y simplicidad que lo ha caracterizado durante toda su trayectoría. Directamente Lauren mira hacia Europa. En el desfile la insipiración general que lo envuelve todo es el estilo de primeros del siglo XX desde el punto de vista inglés. Carreras de Ascot, los patrones de Beaton para My Fair Lady y la indumentaria típica de los jockeys británicos. No obstante a muchos (entre ellos yo) no les ha terminado de convencer. Existen una serie de pases masculinos (abajo) en los que no deja de estar claro un buen resultado, puede que por separado las prendas ganen pero el conjunto es terrible, disfraz sin más, y esto no es un piropo para una firma tan americana como esta. Tambien resulta demasiado poco oportuno la utilización de esta tendencia, estamos demasiado saturados de hípica y temas ecuestres después de desfiles pasados como los de Dsquared2, Tisci para Givenchy, Balenciaga o Gaultier para Hermés.
Sorprendente resulta tambien el choque directo con una serie de pases que forman un nombre en tu mente: Armani Privé. Tan claro como verlos y saber de que estoy hablando. Le recomiendo al señor Armani que mande una tarjeta de felicitación a Ralph Lauren en la que explique que le plagia de manera muy conseguida. ¿Alguien lo entiende?


El shock no queda aquí, en la pasarela irrumpen unas señoras mediterráneas, unas elegantes floreadas con vestidos sueltos en gasa estampada. ¿Flores en Ralph Lauren? ¿Exceso? Pues sí, y más aún, copia literal del estilo que Ungaro tantas veces ha ofrecido en su extinguida Alta Costura. De momento llevamos dos inspiraciones literales, Armani y Ungaro.


Pero aún queda tiempo para ver algo mucho peor, aparecen modelos envueltas en vestidos florales con la paleta de colores mucho más relajada. Estampados tenúes, parecidos a los prints de las paredes de los hogares ingleses, todo ello combinado con ribetes en negro y cinturones inexplicables. No se asusten, viene lo peor... pases en amarillo chillón combinado con negro que pretender emular la libertad y la radicalidad del Londres de los 60. Mal combinados, extraños y nada acordes con el estilo de la marca.


Sólo al final del desfile se pudieron contemplar una serie de vestidos en los que se aprecia la mano sabia de Ralph, cortes rectos, faldas largas con volantes rectos, puntilla, chaquetas en blanco y negro con logo al estilo college, pamelas comedidas y muy americanas...



Para muchos el desfile ha sido un verdadero éxito, redactoras internacionales lo están poniendo por las nubes como un prodigio de originalidad. Pero casualidad o no, son todas estadounidenses o inglesas, no es cuestión de hacer un desplante al primer gran diseñador americano. De momento sólo queda esperar al desfile del invierno que viene porque para mí esto ha sido un completo desastre.

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