jueves, 13 de septiembre de 2007

GALLIANO, ese hombre.

Galliano, diez años revolucionando la moda en la Maison Dior. El caballero con un afán de protagonismo insuperable, el egocéntrico modisto capaz de lo mejor y lo peor en un mismo desfile. Sólo él propone esas mamarrachas, esas mujeres de vuelta de todo a las cuales les da lo mismo ocho que ochenta. No les importa combinar un mantón de Manila con unas botas de motorista; se atreven con una falda de tul y una chaqueta de plumas, o incluso con un body de látex. Pero es que el propio Galliano se moja, sin ir más lejos sus propuestas en la pasarela son un reflejo de lo que le apetece esa temporada, él mismo es una parte más del desfile. Histriónico, ególatra, adorado, excéntrico, irreverente y totalmente libre, así es John Galliano. A continuación una selección de sus salidas en su propia firma, Dior y Dior HC. Tanto derroche de imaginación merece ser catalogado...
En el verano de 2000 las rastafaris logoadictas invadieron la pasarela de Dior, Galliano rindió culto con este desfile a las estrellas del rap americano que sucumben temporada tras temporada a las sentencias de las casas europeas. Lauryn Hill, Eve, Mary J. Blige y compañía probablemente se verían reflejadas en el desfile. Para su propia firma John desarrolló un cajón de sastre en el que las colegialas futuristas se daban de la mano con heroínas del cómic gótico.


Invierno 2000, un Galliano más comedido sale a escena con el pelo planchado y coloreado de castaño rojizo. Aún falta un poco para el carnaval al que nos tiene acostumbrados en sus saludos finales.



En el verano de 2001 la deconstrucción campa a sus anchas por la pasarela, divas punk, ropa hecha jirones, retales de diferentes estampados y un cierto aire a desastre nuclear en el que las supervivientes son las más elegantes.


Invierno 2001, mezcla de tejidos sin pies ni cabeza para su desfile. Pandilleras ochenteras, quinquis variadas y malotas para Dior. La locura en Dior HC, Tibet, Mongolia e India se pasean por la pasarela, aunque sin duda nadie se espera los seis pases del final: Barbies bronceadas vestidas como carrozas de carnaval, abrigos plastificados con estampados barrocos, papeleras a modo de sombrero y extravagancia a raudales.


En el verano 2002 la India bajo la mirada personal de Galliano es la mayor inspiración para Dior. En su propia firma sigue con el estilo que le caracterizó durante cuatro temporadas y en la HC las muñecas rusas y el circo más intrigante dan pie a un Galliano con pantalón torero y mirada lasciva.


Durante varias temporadas las tierrras lejanas de Mongolia y extremo oriente influenciaron a Galliano para sus desfiles. En este invierno 2002 las chicas sucumben ante una invasión folk en la que caben desde plumas y borrego hasta borlas al estilo peruano. Especialmente acertado fue el desfile de Haute Couture en el que con una línea más depurada las modelos llevaban trajes menos laboriosos acompañados de impresionantes plataformas de cuña.


Mujeres envueltas en polvo de colores, verdaderos monstruos de caras pintadas y cintas de adorno navideño a modo de collar, un Galliano metido en el ambiente y espolvoreado con azafrán y púrpura. La versión cabaretera del anterior desfile de HC en el pret a porter de este verano 2003, purpurina y papelillos dorados que celebran su egocentrismo ante el que sucumbe el mundo de la moda. Ya en la Costura las geishas japonesas con kilos y kilos de tela se balancean por la pasarela sin apenas poder mantener el equilibrio.



Invierno 2003. Mujeres fatales en su firma, damas de los cuarenta con exagerados maquillajes a modo de máscara. Más Japón en Dior pret a porter, mezclado con látex y pieles teñidas que dan a las modelos un aspecto amenazante. En la Alta Costura el tema principal es el baile en sus distintas manifestaciones, tango, fox trot, reggae y cómo no, flamencas chulescas con cerilla en la boca e inmensas batas de cola. Especialmente duro fue este desfile de HC al haber muerto el padre de John unos días antes de presentarlo.


La Belle Epoque se pasea por la pasarela de John. Crinolinas cortadas a modo de mini, volantes, toille de juy, botines de satén y sombreros de paja enarbolando impresionante pelucas. Es el verano 2004, el espíritu de Marlene Dietrich revolotea en el pret a porter representado en golfas portuarias, seductoras mujeres con bodys a modo de tatuaje y fatales labios negros. Es en la Alta Costura donde el prodigio adquiere dimensiones categóricas. La mezcla perfecta entre el verdadero glamour de las divas del Hollywood clásico con los faraones del antiguo Egipto.



Invierno 2004. La locura hecha desfile, imponentes mujeres de las culturas orientales, todo vale, botes de Coca Cola a modo de tocado, enormes ponchos de lana, toneladas de ropa. En el pret a porter la cosa se desmadra, enormes cuellos a lo Poiret mezclados con el look rockero de los cincuenta, suficiente para que Galliano reciba un toque de atención por parte de Monsieur Arnault advirtiéndole de su gusto excesivo por lo imposible. Princesas medievales en la Alta Costura, pieles de armiño, coronas doradas y bustiers exagerados.




En la propuesta para el verano 2005 los estilismos se relajan, en su propia firma una sucesión de trajes mezclados pero más comerciales, para el pret a porter de Dior una insustancial colección debida a llamada al orden de la temporada anterior. Una Costura donde Eddie Sedwick, las musas de Vermeer y el estilo imperio de Josefina Bonaparte son las pautas a seguir por un Galliano saludando cual Napoleón.


Invierno 2005, las divas del Hollywood de los años veinte toman la pasarela parisina. Muy especial fue el desfile de Haute Couture en el que se celebraban los cien años del nacimiento de Christian Dior. Vestimentas eduardianas, patrones a medio hacer en pata de gallo, bailarinas peruanas con faldas a lo New Look, bustiers desnudos con encaje negro a modo de tatuaje, debutantes, grandes actrices interpretadas por no menos grandes tops y arcángeles de la escuela de Cuzco. El barroco sudamericano.



En el desfile de Galliano verano 2006 para su firma los eternos desgraciados caminan por la pasarela con la dignidad adquirida gracias al loco diseñador. Enanos, gemelas, enormes negros, gordas imponentes, marineros tatuados e inspiración argentina y española en mantillas, peinetas y aires de femme fatale. En el pret a porter la desGallianización de la firma sigue su curso, desfiles correctos pero nada más. Alta Costura, cabezas decapitadas, sangre, Inquisición y Revolución Francesa son los motivos. Nobles damas directas a la muerte y vengativos espectros manchados en sangre.


Invierno 2006. Vagabundas estadounidenses con un toque rockero y siniestro. Una copia de la anterior Costura suavizada en el pret a porter y por último la salvación de su talento . Caballeros medievales, arbustos vivientes, Schiaparelli versus Dalí, Siouxsie and the Banshees y caballos de ajedrez... nada coordina pero todo resulta magnífico para un alucinado Galliano disfrazado de astronauta a la conquista de la moda.



En el verano 2007 Juana de Arco es la fuente de inspiración para la línea de Dior. Enigmáticas mujeres pasean por la pasarela mientras en la HC Japón vuelve a imponerse como la perfecta tendencia; geishas, kabuki, origami, abanicos y una atmósfera exquisita y delicada en la que John es el Pinkerton de Madama Butterfly.


Es el la última temporada de Galliano hasta la fecha, invierno 2007. En su marca la bohemia de los años veinte parisinos y de la artista Kiki de Montparnase son la pauta a seguir. Enigmáticas cortesanas con mil y una combinaciones, tétricas muñecas y animales disecados en la pasarela. En esta ocasión John prefiere un atuendo de jardinero para despedirse del público. La línea pret a porter lleva de nuevo los aires de Hollywood a la Maison, grandes actrices bajan con elegancia la pasarela, abrigos Poiret, sombreros imposibles y una sobredosis de pieles teñidas que vuelven a hacer grande a la firma. Pero en esta ocasión la reina es la Costura. Es el 60 aniversario de la creación de la casa y no escatima en gastos. El desfile tiene lugar en Versalles, un marco único y privilegiado en el que en una laberíntica pasarela las modelos desfilan e interpretan. Un inspiración: la pintura y los grandes maestros. Un desfile irreverente e inspirado en el que Zurbarán , Matisse, Goya, Velázquez, Picasso , René Gruau y Jean Cocteau visten a las mujeres. Galliano sale a saludar vestido de torero en un interminable paseo de más de cinco minutos de ovación. ¿Que nos deparará para la próxima temporada?








martes, 11 de septiembre de 2007

MARC JACOBS, mirando a Chanel

El desfile más esperado de New York ya está aquí. Marc Jacobs sorprende con un cambio de registro radical, pasamos de la elegancia literal de los años setenta a un universo fantástico en el que las fuentes de inspiración son diversas. En el desfile presentado en septiembre del año pasado para este verano que ya termina no fueron pocos los que vieron de forma clara la propuesta claramente inspirada en Chanel. Anécdota, pensaría muchos, casualidad, dirían otros. ¿Seguro? Si una cosa es segura es que Mar Jacobs se reafirma otro verano en presentar un desfile con clara inspiración europea y por qué no decirlo, mirando a Chanel. No sería ninguna sorpresa que Jacobs fuera el elegido como diseñador de la casa francesa llegado el momento (que llegará) en el que Karl Lagerfeld se retire. En el show se han visto prendas clásicas del armario de la mujer madura reinterpretadas desde la desestructuración, collares dorados, lazos en la cabeza, dos piezas en tejidos clásicos, guantes conjuntados y faldas por la rodilla, todo esto con un aire al estilo marujil que más de una vez ha tratado Jean Paul Gaultier o Christian Lacroix en sus comienzos. Tambien hemos visto trajes de fantasía, más propios de un diseñador europeo y con paralelismo evidente con el trabajo de otros diseñadores contemporáneos a Jacobs como el inglés Alexander McQueen o los holandeses Viktor y Rolf. Vestidos estampados de flores con efectos ópticos y trampantojos, aberturas en la falda que se abren hasta más arriba de la cintura, veladuras negras, faldas que por delante lo son y por detrás no existen. Un juego divertido que se desarrolla también en el calzado y cuya máxima inspiradora fue la modista Elsa Schiaparelli. A fin de cuentas esto es el surrealismo y no otras cosas.
Llega un momento de la colección donde claramente se puede ver el acercamiento a Chanel que intenta Jacobs, en estos cuatro pases no es difícil darse cuenta de que prodían ser un sobrante de cualquier desfile de Haute Couture del kaiser. Chalecos largos a modo de abrigo, encaje, capas, gasas transparentes y ribetes... la evidencia es total y ya van dos veranos.

Incluso en estos cuatro modelos de abajo se ve el guiño a la casa francesa por parte de Marc, el vestido con flores en relieve que lleva la modelo negra Chanel Imán podría ser una aproximación al tratamiento de la camelia (icono de la Maison Chanel). Incluso el tercer vestido lleva un tono rosado utilizado por Lagerfeld en más de una ocasión. Muy logrado es el efecto del último vestido, un largo por debajo de la rodilla realizado en pailettes granates con una caída delarentera muy favorecedora.
El desfile cuenta con una inspiración libre, múltiples temas lo envuelven, la vestimenta propia de las mujeres de edades en torno a los cincuenta años, Chanel, la fantasía de los vestidos de fiesta más propios de otros diseñadores que de Jacobs, el surrealismo y los trampantojo propios de Schiaparelli, la irreverencia de los tocados en forma de pequeñas manzanas o de tejas con estampado de caras...



Jacobs hace un guiño a su amiga Winona Ryder, dentro de uno de los bolsos del desfile (muy al estilo de la clase media inglesa de los años setenta) se puede observar el número de agosto de Vogue USA, con portada de Winona vestida por Marc Jacobs. Irreverente y muy sugestiva resulta tambien el tocado con la cara estampada al estilo de los actores de los cincuenta. Probablemente hubiera resultado maravillosa para la difunta Isabella Blow.
Una de las partes más importantes de la propuesta para el verano que viene han sido los zapatos, con una ingeniería capaz de dejar el tacón vuelto del revés de la forma más surrealista posible.



Esta idea del trampantojo tambien se observa en otra serie de zapatos con corte diferente, en esta ocasiónel talón se acorta para crear el efecto óptico de un pie más pequeño. En otro modelo se puede ver como la suela crea la ilusión de ser el lado del zapato, como si la modelo andara con el pie fuera del zapato.

Realmente no es un desfile excelente ni redondo como ha ocurrido en otras ocasiones con la firma. Sin embargo esta poblado de pequeños guiños y detalles que hacen de él una propuesta para mirar más detalladamente y con más tiempo. Probablemente lo más importante es la idea ya expresada con anterioridad, si Marc no quiere ser el sucesor de Karl Lagerfeld desde luego no lo parece...















PROENZA SCHOULER, la confirmación del talento

La Fashion Week de NY discurre con normalidad, siempre bajo el espíritu de la comodidad, la "elegancia clásica" y la funcionalidad. Los desfiles se suceden y vamos viendo propuestas extrañas (leáse Ralph Lauren) , lo mismo de siempre (Óscar de la Renta o Michael Kors), tremendos fracasos que increíblemente encandilan al mundo (Narciso Rodriguez), esa nueva hornada de modernos más europeos que estadounidenses (Preen y compañía) o la gran decepción de lo que parecía una gran promesa (Rodarte). En América son muy dados a encumbrar a los nuevos diseñadores aún cuando acaban de salir de la escuela y sólo han presentado una colección, lo hemos visto con Zac Posen o con las ya citadas Rodarte. Normalmente suelen ser vanas esperanzas y lo que parecía una quimera de oro termina siendo un buque de petróleo, sin embargo no siempre es así y con Proenza Schouler se confirma la excepción. El dúo de diseñadores aupados por Wintour en el principio de su carrera demuestran desfile a desfile por qué son la apuesta más apetecible de la pasarela neoyorquina junto a Marc Jacobs. Después de sorprender con una colecciones apetecibles, ultra chic y muy racionales esta temporada obtienen el aplauso unánime de los amantes de la moda que se rinden ante su propuesta. Bajo la premisa de una aventura lejana y aires de guerra consiguen una colección que sin duda será deseada por cualquier mujer joven con ganas de sentirse guapa e interesante. En la primera parte del desfile vemos una serie de pases en gris marcados por el punto de fuga que ofrece el chaleco ceñido (prenda indiscutible de la colección). Una serie de entramados tejidos que recuerdan a los jerseys de rombos más clásicos e incluso a los pañuelos palestinos de la cultura de medio oriente. Tambien referencias a los college ingleses de niños bien, completados con el corto de la falda con un volúmen perfecto. Alguna inspiración militar sahariana que se resume perfectamente en el conjunto de la derecha, gran protagonismo del chaleco que ciñe la parte superior y amplio vuelo en la cadera, todo bajo el beige repleto de hileras de botones. Muy apetecible.
Bajo la norma de la silueta recta o con volúmen pero siempre corta discurren unos modelos en tonos militares suavizados hasta llegar al mostaza o al verde ciénaga. Vestidos strech con materiales innovadores donde el punto adquiere categoría de futurismo. Personalmente adoro esta gama de colores, resultan muy atractivos y tienen todavía esa chispa de lo poco usado por la gran masa.
Excelentes en el corte y el estampado son una serie de pases de estilo college con rayas y ribetes en negro, blanco y gris. Una fusión terriblemente moderna de la tradición europea con el estilo espacial que a veces dejan ver las culturas del Golfo Pérsico. Tambien muy buenos los vestidos ajustados al más puro estilo Leger, en esta ocasiones endurecidos y menos strech gracias al material que con un tratamiento innovador consigue ser duro, brillante a la vez que opaco. Incluso recuerdan a la colección inspirada en Versace de Jacobs para Vuitton en verano 2006 o al propio Versace mismo. Tambien tienen un aire a lo Kokosalaki sin embargo tienen entidad propia como para brillar por ellos mismos sin deber nada a nadie (todo lo contrario que la colección de las hermans Rodarte donde tanta inspiración en Chalayan, Kokosalaki, Tisci y Ghesquiere termina siendo literal y por lo tanto muy pobre).

Al final del desfile pudimos ver una tanda de vestidos cortos en dorado, apetecibles, conseguidos, originales (especialmente el vestido abrigo que lleva la modelo negra Liya Kebede). Es un logro que después de la saturación que hemos tenido de dorado en las últimas temporadas nos den más de lo mismo y resulte innovador. Incluso la cebra (un estampado tan manido) adquiere otra connotación en la propuesta del vestido estampado combinado con casco militar.

Y si un desfile perfecto debe contar con accesorios perfectos el resultado es espectacular. Gafas de sol negras, sin más historias, ni ápice de metrosexualidad ni logomanía, una simple funda para ocultar los ojos. Los zapatos beben de la tendencia generalizada que rinde culto al tacón consistente, imponente y severo. Si bien no son tan originales como el resto del desfile (recuerdan demasiado a Ghesquiere para Balenciaga) en la técnica y el conjunto con la ropa son de lo más adecuado).


Un dúo de diseñadores que han logrado lo más difícil a la hora de crear una marca: estilo propio.






lunes, 10 de septiembre de 2007

RALPH LAUREN, 40 aniversario. ¿Si o no?

Épocas de aniversarios, el 60 de la maison Dior, el décimo de Galliano al frente de la firma, el 45 (despedida incluída) de Valentino, el décimo de la muerte de Gianni Versace y dentro de muy poco el décimo también de la llegada de Marc Jacobs a Louis Vuitton. A la pasarela neoyorquina le toca el turno celebrando el 40 aniversario de la firma Ralph Lauren. Sin embargo sorprende ver como el desfile ofrecido por Mr Lauren aboga por la busqueda de otros estilos y abandona extrañamente esa comodidad y simplicidad que lo ha caracterizado durante toda su trayectoría. Directamente Lauren mira hacia Europa. En el desfile la insipiración general que lo envuelve todo es el estilo de primeros del siglo XX desde el punto de vista inglés. Carreras de Ascot, los patrones de Beaton para My Fair Lady y la indumentaria típica de los jockeys británicos. No obstante a muchos (entre ellos yo) no les ha terminado de convencer. Existen una serie de pases masculinos (abajo) en los que no deja de estar claro un buen resultado, puede que por separado las prendas ganen pero el conjunto es terrible, disfraz sin más, y esto no es un piropo para una firma tan americana como esta. Tambien resulta demasiado poco oportuno la utilización de esta tendencia, estamos demasiado saturados de hípica y temas ecuestres después de desfiles pasados como los de Dsquared2, Tisci para Givenchy, Balenciaga o Gaultier para Hermés.
Sorprendente resulta tambien el choque directo con una serie de pases que forman un nombre en tu mente: Armani Privé. Tan claro como verlos y saber de que estoy hablando. Le recomiendo al señor Armani que mande una tarjeta de felicitación a Ralph Lauren en la que explique que le plagia de manera muy conseguida. ¿Alguien lo entiende?


El shock no queda aquí, en la pasarela irrumpen unas señoras mediterráneas, unas elegantes floreadas con vestidos sueltos en gasa estampada. ¿Flores en Ralph Lauren? ¿Exceso? Pues sí, y más aún, copia literal del estilo que Ungaro tantas veces ha ofrecido en su extinguida Alta Costura. De momento llevamos dos inspiraciones literales, Armani y Ungaro.


Pero aún queda tiempo para ver algo mucho peor, aparecen modelos envueltas en vestidos florales con la paleta de colores mucho más relajada. Estampados tenúes, parecidos a los prints de las paredes de los hogares ingleses, todo ello combinado con ribetes en negro y cinturones inexplicables. No se asusten, viene lo peor... pases en amarillo chillón combinado con negro que pretender emular la libertad y la radicalidad del Londres de los 60. Mal combinados, extraños y nada acordes con el estilo de la marca.


Sólo al final del desfile se pudieron contemplar una serie de vestidos en los que se aprecia la mano sabia de Ralph, cortes rectos, faldas largas con volantes rectos, puntilla, chaquetas en blanco y negro con logo al estilo college, pamelas comedidas y muy americanas...



Para muchos el desfile ha sido un verdadero éxito, redactoras internacionales lo están poniendo por las nubes como un prodigio de originalidad. Pero casualidad o no, son todas estadounidenses o inglesas, no es cuestión de hacer un desplante al primer gran diseñador americano. De momento sólo queda esperar al desfile del invierno que viene porque para mí esto ha sido un completo desastre.

viernes, 7 de septiembre de 2007

LOEWE mueve ficha



Otra vez vuelve a suceder, en un mes en el que nos encontramos con el despido de Valentino, la llegada de Facchinetti o el cambio de Cristina Ortiz de Brioni a Ferragamo, hace unas semanas nos encontramos con esta noticia. En todo caso la casa Loewe no es una desconocida en cuestión de diseñadores que vienen y van, y tras unos años de calma otra vez un cambio mueve drásticamente el concepto del pret a porter de la firma. José Enrique Oña Selfa, belga y español a partes iguales llegó a Loewe en 2002 tras iniciar su carrera en solitario con su propia marca. En un principio las credenciales eran las de un hombre que conjugaba con maestría la frialdad de la escuela belga con la pasión de la sangre latina que corría con su venas. El debut sucedido en invierno de 2002 (ver ilustración) fue una colección desigual con unos, sin embargo, espléndidos conjuntos en napa y vestidos negros de cuentas. A partir de ahí la firma fue presentando las propuestas de Oña Selfa que fueron recibidas por la crítica sin pena ni gloria. Sin embargo ha sido con la colección de este verano cuando el trabajo del belga comienza a acaparar estilismos en las mejores revistas o reseñas en las críticas especializas. La colección verano 2007 (detallada en unos de los recuadros) fue una muestra de que a veces con muy pocos elementos se puede hacer un gran trabajo, vestidos cortos al más puro estilo sesenta, turbantes, brocados en dorado y plateados... sin duda una propuesta estival apetecible y original. Tampoco ha defraudado con la colección para este invierno, un desfile con base en el eterno negro, cuajado en excepcionales conjuntos y vestidos de la mejor napa. Muy acertados tambien los pases en ante color turquesa y el genial vestido de inspiración artística que luce Anja Rubik en el último pase (colección tambien detallada en el otro recuadro). Justo después de estos dos grandes desfiles Oña Selfa se despide de la firma en la que su estilo no ha terminado de cuajar. El elegido para sucederle es Stuart Vevers, diseñador de Mulberry. Sólo nos queda esperar a septiembre para poder ver el último desfile de Oña Selfa para Loewe, mientras ,Vevers tiene tiempo de sobra para ver qué hacemos con Loewe. ¿Logrará el aprobado? ¿O será otro diseñador más engullido por el peso de una casa centenaria que no encuentra su lugar en el mercado de la moda?








miércoles, 5 de septiembre de 2007

Valentino tiene dueña: ALESSANDRA FACCHINETTI







Finalmente la noticia llegó, en cuestión de 24 horas nos hemos enterado de que Valentino se retira y de su sucesor. Inexplicablemente para algunos y afortudamente para otros la designada es Alessandra Facchinetti, famosa por ser la elegida para ser la sucesora de Tom Ford en la casa Gucci. En su haber cuenta con dos colecciones (aquí expuestas brevemente) con más detractores que seguidores. Facchinetti siguió la estela dejada por Ford en Gucci y no se molestó en cambiar ni un alfiler del famoso estilo impuesto por el americano. De ahí al "a ver que pasa en la segunda" y finalmente a la calle para ser sucedida por su mano derecha en los accesorios Frida Giannini. Sólo queda esperar a febrero para ver el trabajo que Alessandra desarrollará en Valentino, tampoco es bueno anteponerse a los acontecimientos, sin embargo a mí me embarga una nube de pesimismo... tantas apuestas (Proenza Schouler, Ford, Pilati , Facchinetti o Valli) que finalmente dejaron la opción que más clara parecía en un principio, aunque muchos nos negábamos a creerlo. Adiós Valli, otra vez será.


No obstante una cosa está muy clara, si Alessandra fracasa en Valentino el golpe será tan duro que quedará relegada a la categoría de diseñadora más gafe del mundo de la moda. No lo tiene fácil.

TOM FORD, perfume masculino




Por todos es sabida la afición de Tom Ford a la sexualidad provocativa y al erotismo más sensual. El hombre que resucitó de sus cenizas a la venerable casa Gucci no para en su empeño de ofrecer, según palabras suyas, la primera marca de lujo del S. XXI. Después de una acertada colaboración para la reedición de los perfumes más míticos de Estee Lauder y tras la presentación de su propia línea de gafas de sol, de su primer perfume femenino (Black Orchid) y de la apertura de su primera tienda masculina en New York Tom da el salto que tanta gente estaba esperando, un perfume masculino bajo la etiqueta de su propio nombre. La fragancia en cuestión sigue el estilo Ford, un frasco que nos lleva directamente a los setenta, un vidrio duro que protege el dorado elixir. Los que han podido olfatearlo comentan que no deja indiferente, es una fragancia fuerte y muy sexual, como las que ya hizo para Yves Saint Laurent (Nu) o la reedición de Youth Dew de Estee Lauder. Hay incluso algunos que comentan que huele a cocaína, y esto no sería ninguna afirmación exagerada ya que entra dentro de la estética millonaria y decadente de Tom. Lo sorprendente es la publicidad del perfume y es que todos sabemos lo que gusta Tom Ford de la provocación siempre elegante. Míticas son ya sus campañas de Opium con Sophie Dahl, o incluso de Nu con el deportista francés Samuel Decuber desnudo completamente... así que no sorprende a nadie la campaña de promoción de la fragancia. En todo caso enriquece su historia y va más allá en la creación de una marca que con cuatro productos contados ya hace las delicias de miles de amantes de la moda.


En todo caso la pregunta sería, ¿por qué siendo Tom tan homosexual adora fotografiarse con mujeres que lo arañan y desean? Misterios sin resolver.